Todo empezó con un comentario en redes: primero, una usuaria en X (antes Twitter) mencionó que un tomate le daba vibes de LOEWE. La marca no solo escuchó, respondió creativamente. A los días de este comentario, el año pasado, lanzó oficialmente la viral Tomato Bag, y en 2025 llevó el concepto aún más lejos con un globo aerostático en forma de tomate sobrevolando Capadocia en Turquía. Una misma historia, contada con altura y visión.
De un tweet a un ícono de marca 🍅
Este caso no es solo una anécdota viral. Es un ejemplo brillante de cómo un insight cultural nacido en redes puede convertirse en una narrativa de marca a largo plazo.
No se trató solo de "subirse al meme", sino de tomarlo como punto de partida para una historia visual coherente y expansiva. LOEWE no solo aceptó la comparación con humor. La incorporó a su universo creativo, reinterpretando el símbolo desde la moda, el diseño y el espectáculo.
Influencers al centro de la experiencia 📸
Uno de los grandes aciertos de esta última etapa fue cómo la marca integró a influencers y figuras cercanas al universo LOEWE en la experiencia. El evento en Capadocia fue más que una activación: fue una puesta en escena donde creadores de contenido vivieron —y documentaron— la historia del tomate en los cielos.
El resultado:
Contenido orgánico con altísimo engagement.
Fotos y videos que se viralizaron sin necesidad de pauta.
Una experiencia que reforzó el vínculo entre marca, comunidad e identidad visual.
En un entorno digital donde la autenticidad y la creatividad son clave, convertir a lxs influencers en narradores y no solo en difusores es lo que marca la diferencia.
Branding con altura ✨
Lo que hizo LOEWE con esta campaña es un caso de estudio sobre cómo estirar, profundizar y elevar una idea sin agotarla. Apostaron por repetir el concepto, sí, pero cada vez desde un nuevo ángulo, con una ejecución impecable y alineada a su ADN creativo.
Esta campaña demuestra que hacer branding no es solo lanzar ideas nuevas, sino saber volver a las mismas con inteligencia, humor y coherencia.
Una narrativa visual fuerte, una comunidad activada, y una marca que no solo observa las conversaciones: las transforma.
Y sí, lograron que miremos al cielo y pensemos:
Eso es branding bien hecho.